Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación. 2013;12;(2)

ARTÍCULO HISTÓRICO

 

Nuevas evidencias sobre Vicente Antonio de Castro y Bermúdez

New evidence on Vicente Antonio de Castro y Bermúdez

MSc. Dr. Carlos Antonio Vilaplana Santaló

Hospital Universitario "Manuel Ascunce Doménech". Camagüey, Cuba.


RESUMEN

Introducción: el desarrollo adquirido en las ciencias básicas fundamentales como anatomía y fisiología hicieron del Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, un observador sagaz y un hábil cirujano, a continuación veremos sus aportes en las diferentes especialidades médicas. Objetivo: mostrar nuevas evidencia de la actividad profesional del Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. Desarrollo: es considerado uno de los iniciadores de la cirugía para corregir el estrabismo, según constancia del bibliógrafo Dr. Carlos M. Trilles. Fue iniciador de algunas intervenciones en el campo de la angiología. Realizó la ligadura en 1842 la arteria iliaca externa a un africano en el Hospital de San Juan de Dios y la subclavia derecha en 1848 refiere Trelles Govín. Dentro del campo de la ortopedia, se encontró una nueva evidencia recién encontrada por el autor que no fue señalada por ninguno de los historiadores de la medicina en Cuba del siglo XX y esta primera década del XXI, pues incursionó también en la cirugía ortopédica. Conclusiones: se hace reconocimiento los maestros que contribuyeron con sus lecciones y sus escritos a los primeros progresos de la medicina cubana y a despertar el entusiasmo por esta clase de estudios en nuestra juventud universitaria.

Palabras clave: Vicente Antonio de Castro, nuevas evidencias científicas.´


ABSTRACT

Background: the development acquired in the basic sciences such as anatomy and physiology made Dr. Vicente Antonio Bermudez de Castro a keen observer and a skilled surgeon; below we will see his contributions to different medical specialties. Objective: to show new evidence on professional activity of Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez. Development: he is considered one of the pioneers of surgery for the correction of strabismus, according to constancy presented by bibliographer, Dr Carlos M. Trilles. He was the initiator of some interventions in the field of Angiology. He performed external iliac artery ligation to an African patient in 1842 in San Juan de Dios Hospital and right subdavia in 1848 as referred by Trelles Govín. In the field of Orthopedics, new evidence recently found by the author appeared which was not presented by the historians of Medicine in Cuba during the 20th Century and the first decade of the 21st Century when He also made incursions on Orthopedic Surgery. Conclusions: professional recognitions are made to his elections and writings which contributed to the progress of Cuban Medicine and awaken the enthusiasm for this type of studies in our university students.

Keywords: Vicente Antonio de Castro, new scientific evidence.


INTRODUCCIÓN

En el siglo XIX acontecieron importantes sucesos históricos en el desarrollo de la medicina de nuestro país en las diferentes ramas de esta ciencia, las especialidades médicas como se conocen hoy en día, aún no existían pero el basto conocimiento adquirido por galenos brillantes de esa época, hizo que poco a poco fueran creándose las diferentes cátedras docentes entre las clínicas y las quirúrgicas.

Tres cirujanos fueron considerados por los historiadores, la trinidad quirúrgica salvadora en aquellas décadas entre 1840 al 1860, coincidentemente cada uno de ellos forman parte de la historia de la anestesiología de nuestro país y de Latinoamérica, fueron ellos en orden de los sucesos: Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez (introductor del éter sulfúrico, 11 de marzo de 1847, Hospital San Juan de Dios, La Habana), Dr. Nicolás José Gutiérrez Hernández ( introductor del cloroformo, 26 enero 13 febrero de 1848, Hospital Militar de San Ambrosio, La Habana) y el Dr. Fernando González del Valle ( introductor de la anestesia local, 19 de septiembre de 1866, en el Hospital San Francisco de Paula, por el método de pulverización de éter con el aparato de Richardson), pues realizaban intervenciones quirúrgicas catalogadas como excepcionales1 para una colonia insular de Centroamérica.

El desarrollo de este artículo esta centrado en los aportes quirúrgicos del precursor de la anestesiología en Latinoamérica y especialmente en citar una nueva evidencia de él, en la contribución al desarrollo de la medicina de nuestro país.

Aportes a las especialidades quirúrgicas: El desarrollo adquirido en las ciencias básicas fundamentales como anatomía y fisiología hicieron del Dr. Castro y Bermúdez, un observador sagaz y un hábil cirujano, a continuación veremos sus aportes en las diferentes especialidades médicas:

- Oftalmología: Es considerado uno de los iniciadores de la cirugía para corregir el estrabismo, al respecto el bibliógrafo Dr. Carlos M. Trelles ha dejado como constancia lo antes expuesto:

«Uno de los primeros Tratados de Oftalmología escritos en castellanos fue el del Dr. José M. González Morillas, titulado: Monografía Oftalmológica (Habana 1848). Este oculista fue según unos, el primero que practicó en Cuba la operación del estrabismo (1841); pero hay quien sostiene que el primero en operar esta afectación en la Habana fue el alemán Dr. Rodman y el segundo el Dr. Vicente Antonio de Castro». 2

Por tanto hasta nuevas evidencias fue el primer cubano en realizar dicha intervención quirúrgica.

- Angiología: Fue iniciador también de algunas intervenciones en el campo de la angiología. Realizó la ligadura en 1842 la arteria iliaca externa a un africano en el Hospital de San Juan de Dios y la subclavia derecha en 1848 refiere Trelles Govín. 3

A continuación nuevas evidencias sitúan este último procedimiento 5 años antes, pues Martínez Fortún aportó el siguiente dato:

"El 10 de abril de 1842, efectuó el doctor Vicente A. Castro la ligadura de la ilíaca externa por aneurisma a presencia de Gutiérrez, Fernando González del Valle, Anastasio Valdés y Francisco Horta". (sic) 4

El 17 de noviembre de 1847, anuncia el propio doctor, en el Diario de la Habana, No. 176, que realiza una amputación de una pierna con vapores de éter. 5

Para enero de 1848, el Hospital San Juan de Dios, tenía un promedio de 150 enfermos diarios, y el Dr. De Castro realizó varias ligaduras arteriales. 4

- Ortopedia: Esta nueva evidencia recién encontrada por el autor de este artículo que no fue señalada por ninguno de los historiadores de la medicina en Cuba del siglo XX y esta primera década del XXI, pues incursionó también en la cirugía ortopédica como se verá a continuación en el artículo titulado: DATOS PARA LA HISTORIA DE LA CIRUGíA EN CUBA, (sic), donde se corrige una fecha auténtica de sumo interés para la historia de la medicina cubana:

«En el número anterior de «La Enciclopedia» y al pié de la interesante observación del Dr. Pulido Pagés, hacíamos presente que la primera desarticulación coxofemoral fue llevada a término con buen resultado, entre nosotros el año 1878, por el mismo doctor y catedrático de patología quirúrgica.

Hemos recibido la siguiente carta del ilustrado Dr. D. Joaquín de Zayas, tan conocedor de todo cuanto se refiere a la historia de la Cirujía (sic) en nuestro país, carta que publicamos gustosos y por la que vemos que muy anterior a la fecha a que nosotros nos referíamos, aquella operación fue practicada aquí, aunque habiéndose presentado una complicación, el tétanos, lo que no le rebaja nada la importancia de la cita, ni el valor del cirujano de aquella época.

Ahora transcribimos la carta del Dr. Dr. D. Joaquín de Zayas:

Sr. Secretario de la Redacción de "La Enciclopedia".

Muy Sor. Mío.

En una nota de la Redacción impresa al final del artículo en que se da cuenta de la desarticulación escápulo humeral, tan hábilmente practicada por mí amigo el Dr. Pulido Pagés, se dice que la primera desarticulación coxofemoral fue llevada a cabo en 1878, por el mismo Sr. Pulido Pagés. Sin tratar de disminuir lo más mínimo el mérito y habilidad operatoria que todos reconocemos a tan diestro cirujano, ruego a V. se sirva dar cabida en su ilustrada publicación á las siguientes líneas encaminadas á dejar consignado un hecho anterior a la fecha citada en que la desarticulación coxofemoral fue practicada en la Habana, aunque no con el resultado feliz que obtuvo mi distinguido amigo el Dr. Pulido Pagés.

En el año 1843, uno de los peones, que se resistieron á trabajar en la construcción de la casa del Sr. De Aldama, fue herido por arma de fuego, y necesitó la desarticulación coxofemoral; la practicó el Dr. D. Vicente Antonio de Castro, y en otro de los heridos hizo la ligadura de la subclavia. Ambos operados fallecieron: el primero a los 20 ó 21 días, de tétanos y el segundo por hemorragia secundaria de la misma arteria subclavia.

Hecha esta aclaración, sólo me resta ofrecer á V. mis respetos y quedar á sus órdenes atento amigo Q. B. S. M.

Joaquín de Zayas.6

S. C. Agosto 6 de 1887.

En esta respetuosa e histórica carta del Dr. De Zayas, se esclarece una vez más el talento y la capacidad del Dr. De Castro, su avidez por la novedad científica en la teoría y la práctica, y más importante aún que el suceso histórico para la medicina cubana estaba enmarcada en 1878, gracias a esta justa corrección los hechos fueron treinta y cinco años antes, proporcionándole así más mérito a nuestro biografiado.

Con esta carta del Dr. Zayas, advertida por nosotros se corrige otro desliz histórico pues el eminente bibliógrafo Carlos Manuel Trelles Govín, en su excelente libro de "Contribución de los médicos cubanos a los progresos de la medicina", de 1926 y que tanto ha servido y sirve a los historiadores de la medicina en nuestro país, escribió:

El Dr. Ignacio Plasencia realizó la primera desarticulación coxo-femoral (1878) en un adulto.7

Esta nueva evidencia para la historia de la cirugía ortopédica en nuestro país, sitúa esta intervención quirúrgica tres décadas antes de la fecha histórica que hasta la fecha se tenía en consideración.

Una consideración del Dr. González Curquejo, sintetiza la actuación quirúrgica del Dr. De Castro, para adentrarnos en la cátedra donde su fundador resplandecería hasta su salida del país:

La continuada asistencia del Dr. Castro al Hospital San Juan de Dios, hicieron de él un hábil cirujano habiendo practicado algunas operaciones de verdadera importancia para aquella época, como: la talla hipogástrica, la ligadura de las arterias femorales, de la subclavia, de la iliaca externa, etc., etc.

Los que recuerdan su destreza en el manejo de los instrumentos, la buena colocación de sus apósitos, etc., etc., no lo reconocen más superior como cirujano que el Dr. Gutiérrez. [Recordemos que este último fue uno de los profesores de cirugía del Dr. De Castro]

Pero al Dr. D. Vicente Antonio de Castro, le estaba reservada una cátedra donde había de brillar con todos los fulgores de su talento y en la que prestó grandes servicios a la enseñanza de la medicina, difundiendo entre sus discípulos los tesoros de su saber.

Esa cátedra era la de Clínica, asignatura que no existía antes, cuando él estudió, pues solo se exigía a los médicos, que acreditasen por medio de certificado, haber estado de practicante cierto tiempo con algún profesor autorizado.8

Cátedra de Clínica Médica: Con respecto a la creación de esta cátedra y su fundador, el Dr. Gregorio Delgado, historiador del MINSAP, ha sintetizado: 9

Las principales ventajas que llevó la secularización de la Universidad de la Habana, a la Facultad de Medicina y Cirugía fueron sin lugar a dudas la práctica de la disección anatómica y la apertura de las asignaturas clínicas con sus salas correspondientes en el Hospital de San Ambrosio, la asignatura de Clínica Médica al igual que la de Clínica Quirúrgica se instaló en 1842 en una sala del referido centro, que ese mismo año se trasladó al gran edificio situado en Suárez y Factoría.

El 24 de octubre de 1842 fue nombrado como catedrático numerario de entrada de Patología Interna e Introducción a la Práctica Médica y Clínica Médica, al notable profesor Dr. Vicente Antonio de Castro y Bermúdez, natural de Sancti Spíritus, que había alcanzado justo renombre como disertor de la cátedra de anatomía del Hospital San Ambrosio, como profesor de cursos de Neurología, Esplacnología, Anatomía Patológica y General en el Hospital de San Juan de Dios y por último en la cátedra de Anatomía de la Real y Pontificia Universidad de la Habana.

En esta cátedra está comprobado que fue el primero en la Habana, en enseñar, como medios de diagnóstico, los procederes de auscultación y percusión.Al respecto debemos acotar que existen discrepancias por varios historiadores, si quien introdujo el estetoscopio en nuestro país fue el Dr. Vicente Antonio de Castro o el eminente profesor y fundador de la Real Academia de Ciencias Médicas, Física y Naturales de la Habana, Dr. Nicolás José Gutiérrez Hernández, pues una cosa es introducir un instrumento, una técnica y otra es perfeccionarla, por tanto los invito a leer este argumento extraído de su artículo titulado: «Noticias concernientes a la Historia de la Medicina en la Habana» 10 y esperamos sus justas conclusiones:

La percusión y la auscultación, sirviendo para el diagnóstico y localización de las enfermedades de los órganos respiratorios y circulatorios , eran conocidas antes de mi viaje a Europa por algunos profesores que cuidaban de estar al corriente del progreso científico y si varios procuraron ensayarlas en su práctica, fue sin resultado favorable, toda la vez que solo se obtiene practicándola mucho y bajo la dirección de profesores amaestrados, y aún así, he conocido a más de un compañero que como se dice, de algunos, que aprenden música sin provecho, porque los sonidos que en vano buscaban, y menos si podían interpretar los que encontraban.

Fue en París y merced a la cariñosa acogida que me dispensó el Dr. Bovillaud, donde empecé a estudiar prácticamente estos medios preciosos de diagnósticos y que por su consejo continué en los cursos privados que profesaba el Dr. Raciborski.

Este escrito del propio Dr. Gutiérrez Hernández pudiera justificar el mérito que le atribuyen algunos historiadores al Dr. De Castro.

Fue precursor también en el estudio de la "piretología", en la búsqueda de las diferentes causas de la fiebre, y fue él quien dió a conocer en nuestro país el término de fiebre perniciosa 11 además de ser un estudioso del origen de la fiebre biliosa. 12

Se distinguió también en el tratamiento de la fiebre amarilla, y señaló que para él, la exudación de sangre por las encías, era un síntoma patognomónico de esta afección.

Introdujo en el país la costumbre que en los recetarios médicos se pusiera el diagnóstico de cada enfermedad y la utilización de la «quinina» en el tratamiento del paludismo. 5

Fundador, en acuerdo con sus alumnos, del sistema de médicos internos que de forma gratuita atendían a los pacientes en el Hospital "San Juan de Dios", como testimonio de su labor como docente, el Dr. Don Domingo Rosain, que fue discípulo y amigo intimo, expresó: 13

Ese hospital carecía de médico interno y Castro creó en él esa plaza sin costo alguno para dicho asilo, hizo que dos estudiantes diariamente permanecieran allí para llenar las primeras indicaciones en los enfermos que entrasen en el intermedio de las visitas, y los cuales llevaban una hoja clínica de los síntomas, acción terapéutica de los medicamentos que se empleaban y cuanto más observaran en los enfermos que asistían a sus clínicas. Sus discípulos le seguían como los satélites a los planetas del cielo, a los que procuró penetrar de su entusiasmo y ardiente amor a la ciencia del diagnóstico y al de la anatomía patológica, estudio que fue el primero que lo enseñó en la Habana.

Raro día dejó Castro de practicar una autopsia clínica para evidenciar sus diagnósticos, inspirando así confianza a los alumnos de medicina de que podía diagnosticarse con exactitud matemática.

Entre los aventajados discípulos de Clínica que contó el Dr. Castro se encuentra Félix Giralt Figarola (1826 1881), quien ocuparía la plaza muchos años después como catedrático supernumerario interino, el 28 de septiembre de 1863, virtuoso de la clínica médica y considerado como el padre de dicha cátedra en nuestro medio, sin embargo para ser justo con la historia de la medicina en nuestro país su creador y fundador fue nuestro biografiado.

Como evidencia de este planteamiento en el elogio leído sobre el Dr. Giralt Figarola, por el Dr. Don Federico Horstman y Cantos, en la sesión solemne del claustro universitario, celebrada el día 22 de abril de 1883, tomamos un párrafo que caracteriza el carácter y la sapiencia del maestro espirituano: 14

«Impelido de preferencia a la clínica interna, llamó desde el principio la atención del sabio Dr. Don Vicente A. de Castro, fundador de la mencionada clínica, cuyo bondadoso carácter unido a una instrucción y un talento nada vulgares, hacían este estudio muy agradable a sus alumnos; y quien atraído por la asiduidad y espíritu de observación del joven Giralt, no tardó en dedicarse a desarrollar sus especiales aptitudes, contribuyendo con su acertada dirección a encaminarlas por buenos senderos y ejercitarlas sin descanso, en el difícil arte del diagnóstico.

¡Así, quizás por una luminosa percepción del porvenir, preparaba el entendido profesor al que un día iba á reemplazarle tan dignamente!

Véase como el autor de este artículo encierra en signos de exclamación la visión de futuro del erudito Dr. De Castro.

Además de con el Dr. Giralt Figarola, el maestro y fundador Castro y Bermúdez, tuvo el privilegio histórico de ser docente, de quien años mas tarde lo sustituyera en su amada cátedra, citamos ahora el nombre del Dr. Don Juan Manuel Sánchez de Bustamante, del cual es conocido como uno de los catedráticos de la Universidad de la Habana más distinguidos por su saber y carácter justiciero. Señalado por González Curquejo como: 15

Ejemplo de lo que pueden la aplicación, la perseverancia y el buen deseo, pues merced á esas cualidades logró desde la posición más modesta elevarse á los puestos más encumbrados de la sociedad.

Una de las evidencias de lo anteriormente citado es el siguiente párrafo:

"... en 1ro de julio de 1842, sufrió el examen de latinidad Bustamente, siendo jueces del Tribunal los Dres. D. Vicente Antonio de Castro, D. Esteban González del Valle y D. Miguel de Céspedes; y probada su suficiencia, se procedió a los ejercicios del Bachillerato, el 7 de julio del mismo año, ante el señor decano de la Facultad Dr. Don Tomás Romay, el Catedrático de texto aristotélico Dr. Horroutinier, el M.R.P.M. Fray Mateo Andreu y el Dr. D. Pablo Humanes".

Años más tarde, ya confirmado el Dr. Bustamente, Catedrático Supernumerario comenzó el desempeño de sus deberes y cumpliendo con las prescripciones reglamentarias, explicó dos semestres extraordinarios en el Hospital de San Juan de Dios y es donde tuvo a su cargo el desempeño de la Clínica Médica por renuncia del Dr. D. Vicente Antonio de Castro.

Rafael A. Cowley, escribió de la labor como profesor universitario y de algunos rasgos de su personalidad, cuando el Dr. Castro hizo entrada al claustro médico: 16

El mismo proporcionó días de gloria a la corporación, porque en él concurrían profundos conocimientos anatómicos y no menos extensos de los otros ramos médicos, constituyendo un profesor sagaz y observador....Alcanzamos al doctor Castro de catedrático de clínica, y no había tarde que no fuera al anfiteatro a hacer inspecciones cadavéricas.

ávido de ciencia, estaba al corriente de todos los progresos de su ramo, y aunque por algunos se le criticara que siempre pertenecía á la última opinión emitida, es un cargo injusto, el catedrático Castro emitía en el aula la última expresión de la ciencia, la aplaudía o la censuraba; pero de esto a decir que las últimas impresiones borrasen las que ya eran verdades incontrovertibles, es una falsa suposición.

Alumnos éramos aún de primer año de medicina y lo oímos y vimos en una de las tardes demostrando experimentalmente la función glicogénica del hígado y las alteraciones biliares en la fiebre amarilla; el que va á la losa y al reactivo, no es impresionable por la última lectura que ha hecho, es el que busca demostraciones porque no le satisfacen las exposiciones.

La sección de cirujía, halló al que con dotes de genio para dedicarse a esa parte las más veces cruenta, reunía nó la audacia del ignorante, sino la serena calma y el arrojo que los conocimientos inspiran.

Para lucir en la carrera del profesorado poseía además una palabra fácil y correcta, que á no ser por una cadencia habitual al verterla y por la manía de arrastrar ciertas letras, lo hubieran colocado como uno de nuestros más completos oradores, con todo, los leves defectos que hemos señalado jamás cansaron los oídos de quienes lo escuchaban.

Las palabras del Dr. Rafael A. Cowley de profesor sagaz y observador, se evidencian en la siguiente expresión del Dr. Castro, en el Hospital de San Juan de Dios en el año 1840:

Que la sangre de enfermos muertos en este hospital por hepatitis y encefalitis estaba poco o nada coagulada 4, es así uno de los primeros médicos en nuestro país que advierte que las enfermedades del hígado y/o el cerebro traen consigo trastornos de la coagulación.

En esta cátedra también impartió clases de Frenología, (compuesta por las raíces griegas phren-mente y logos-tratado), que se vieron concurridas por numerosas personas ilustradas.

Otro aspecto a acotar en nuestro biografiado y que hemos señalado con anterioridad pero es justo que quede otra evidencia de quien fuera uno de los mas notables científicos de Cuba en el siglo XIX, el Dr. Antonio Mestre, el mismo publicó varios artículos sobre problemas de la terminología científica, a destacar: "Lexiología. Consideraciones con motivo de algunos términos técnicos".

En él se refiere Mestre a Vicente Antonio de Castro, Felipe Poey y Antonio Franchi Alfaro como aquellos autores cubanos que más se habían interesado en el problema de la correcta utilización y transcripción de términos procedentes del idioma griego; una vez más se evidencia el alto nivel científico y cultural del Dr. De Castro y Bermúdez.17

En 1857 imprimió "Las Lecturas Históricas", a los miembros de la Academia Cubana de Historia de New York, eran nueve lecturas relacionadas con la antigua Italia, fundación de la monarquía de Roma, hasta el establecimiento de la República.18

Es conocido y bien argumentado por el Dr. Torres Cuevas18, 19 las verdaderas causas de su salida del país, pero como hemos planteado con anterioridad, no es objetivo en este texto tratar la obra política del prócer espirituano.

Trelles Govín, lo sitúa como uno de los precursores de las ciencias médicas en nuestro país, merecido homenaje a quien dedicara con abnegación parte de su vida a las ciencias, pues su otro empeño lo dedicó a ser útil a su patria: 20

"Antes de concluir deseo dedicar un recuerdo a los precursores de las ciencias médicas en Cuba, a los maestros que contribuyeron con sus lecciones y sus escritos a los primeros progresos de la medicina cubana y a despertar el entusiasmo por esta clase de estudios en nuestra juventud universitaria, comenzando por los Dres. Francisco González del álamo y José Arango Barrios, que abrieron en 1726 cursos de medicina en el convento de San Juan de Letrán de La Habana; y recordando después al gran Tomás Romay, y a los Dres. Francisco X. de Córdova, Francisco Alonso Fernández; Fernando, Ambrosio y Esteban González del Valle, José de la Luz Hernández, Vicente Antonio de Castro, Domingo Rosain, Félix Giralt, Federico Hortsmann, Ramón Zambrana, Francisco Ruz, Justino Valdés Castro, Antonio Mestre y Vicente B. Valdés".

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Recibido: Diciembre 2, 2012
Aprobado: Febrero 13, 2013



MSc. Dr. Carlos Antonio Vilaplana Santaló. Hospital Universitario "Manuel Ascunce Doménech", Camaguey, Cuba.