Revista Cubana de Anestesiología y Reanimación v.8 n.1
versión On-line ISSN 1726-6718

EDITORIAL

! Cuánto cuesta escribir un artículo científico!

Estimados colegas y amigos:

Comenzamos el 2009, con la interrogante por un gran número de editores de Revistas MÉdicas que se preguntan por quÉ cuesta tanto escribir un artículo científico y me gustaría compartir con Uds. algunas reflexiones al respecto.

Los mÉdicos en general y en nuestro caso, los anestesiólogos en particular nos cuesta mucho trabajo sentarnos ante una computadora o simplemente plasmar con signos escritos y en un papel, la rica experiencia que tenemos y compartirlas con los demás. No creo que se trate de egoísmo, pues los Anestesiólogos, definitivamente, somos una gran familia.

Los que tenemos la responsabilidad de dirigir una Revista, sabemos cuán difícil resulta completar un número, devolver un artículo para que sea corregido o reevaluado por diferentes razones, para que cumpla con las reglas editoriales que no son impuestas por nosotros; pero que deben ser estrictas para que tenga la calidad y goce como otras, de suficiente prestigio y los artículos tengan la dignidad y decoro que debe caracterizarnos.

Si analizamos fríamente este aspecto, se pudiera pensar que se trata de temor a escribir los resultados de nuestras investigaciones, experiencias, o casos problemas porque pudieran no tener suficiente calidad, estar errados y/o ser criticados, pues a veces se cree que sólo los artículos escritos por los científicos del Primer Mundo tienen valor.

Para algunos las barreras idiomáticas, las particularidades de la gramática, el uso excesivo de gerundios y los anglicismos constituyen verdaderas dificultades, mientras que para otros, es una pÉrdida de tiempo despuÉs de una larga jornada laboral sentarse a actualizar un tema o realizar un análisis estadístico.

Si queremos escribir un artículo en una revista científica, todos sabemos que tenemos que circunscribirnos a las reglas que establece el editor. Estas reglas, universales, se refieren a la manera de exponer un conocimiento obtenido que siguen determinado mÉtodo científico. Así despuÉs de una breve introducción, objetivos, material y mÉtodo, resultados, discusión y conclusiones, el editor nos pedirá que la bibliografía siga las normas internacionales de acotación, pero esto no basta. TambiÉn se nos pide que cuidemos el lenguaje, que respetemos las elementales reglas ortográficas y que nuestro estilo literario permita una fácil comprensión del texto por parte del lector. Y esto es fácil de decir pero mucho más difícil de conseguir de lo que parece.

Así, se deja de lado todo aquel cúmulo de conocimientos y experiencias que deben ser compartidas o incluso discutidas, para tratar en alguna medida de transmitir a otros colegas o porquÉ no a otras generaciones los resultados de años de trabajo, que no siempre se encuentran en los libros

El desarrollo tecnológico actual permite, en alguna medida, minimizar estas dificultades; sin embargo, todos sabemos que hoy existe infinidad de posibilidades para poder publicar de forma electrónica, en numerosos revistas, con mayor facilidad.

Sólo es necesario que nos propongamos comenzar e incentivar a las generaciones más viejas a plasmar las experiencias vividas y a los más jóvenes a divulgar los resultados de sus investigaciones.

Esta, a mi modo de ver será la mejor y única forma de romper el hielo. No se trata de escribir un tratado. Mongtaine dijo que se debe escribir lo que uno sabe y sólo eso y pienso que es una gran verdad. Es simplemente, adaptarse a las normas de publicación de cada revista y nada más o seguir el precepto de Rober Louis Stevenson (1850-1894). «Si un hombre puede organizar sus ideas, entonces el puede escribir».

Yo los exhorto a intentarlo. Al principio cuesta trabajo, despuÉs es casi una necesidad. Si por alguna casualidad, logro despertar en algunos ese interÉs, creo haber cumplido mi objetivo, si no al menos espero estÉn de acuerdo conmigo.

Prof. Dra. Idoris Cordero Escobar